Deshazte de mi como un sueño mal habido. Soy tu conciencia, soy tu lógica, aquella piedra que como signo apunta al buen camino. Pero no te apures. Pronto voy a ser como una memoria fantasma que huye tu entendimiento y pensamiento. ¿Me extrañarías? ¿Te importaría?
He aquí tu esclava, tu dulce luz. Soy tu entendimiento. Soy tu ser compatible. Librate de mi constante presencia. Halla un ser tan dispuesto como yo lo he sido, querido. Deja, mi amor, que la memoria que acuerdas de mi encuentre el olvido en ese mundo escrupuloso que es tu mente. Mi amor, te dejo con estas palabras: ¿estás mirando el cielo o el dedo?
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